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BLOG DEL LAICADO TRINITARIO DE VALDEPEÑAS

Voz de los pres@s

Voz de los pres@s

1.- ANONIMO

Para la sociedad somos un tabú Dicen de las personas que trabajamos con las personas pobres, los que compartimos con quienes no cuentan para la sociedad, que estamos llamados a ser "la voz de los sin voz". Puede que así sea, pero también es verdad que ya es hora de poner el micrófono o agacharnos un poquito para escuchar su propia voz: la voz dormida, la voz acallada, los gritos del silencio, el clamor sordo del dolor... de esas personas que tienen boca y son capaces de decir su realidad. A veces me pregunto si el problema no está más en nosotros mismos, acostumbrados a un mismo tipo de poesía, a un hablar "políticamente correcto", a mil y discursos filosóficos. He aquí un testimonio sobre la cárcel, con su estilo, con sus palabras que son suyas, con su propio clamor y su dolor... que invitan a orar

Estibaliz de Miguel (Pastoral Penitenciaria)

Me encuentro privado de libertad en el centro penitenciario de Basauri. Es la primera vez que estoy en prisión y, la verdad, nunca me pasó por mi mente encontrarme en esta situación. Me costó asumirlo, pero a partir de este momento hay que adaptarse a las circunstancias.

No podría hablar maravillas de las prisiones. Están ahí y tienen que existir. El solo hecho de estar privado de libertad ya es una carga bastante pesada y dolorosa.

Creo que en mi caso se me han brindado las oportunidades de poder estudiar, realizar actividades sociales y sobre todo desempeñar un trabajo, con el que puedo ayudar a mi familia (esposa e hijos). En términos generales puedo decir que he recibido un trato justo en todos los aspectos y circunstancias: alimentación, estudios, servicios médicos y disciplinarios, siempre y en todo momento respetuosos; además de sentir el afecto y calor humanitario y desinteresado de una serie de personas que comparten asiduamente, como es el caso de los capellanes y muchas personas voluntarias que nos visitan.

Pienso que en todo momento el trato del personal del centro es bueno, pero a pesar de todo tengo el convencimiento de que todo en la vida puede mejorar. A veces pareciera que sólo nuestras familias conocieran nuestros problemas, porque para la mayoría de la sociedad somos un tabú e ignoran cuánta ayuda externa necesitamos, para un verdadera y eficaz rehabilitación. Necesitamos que se involucren más todos los sectores sociales del país, tales como las empresas, ONGs, el clero y todas aquellas entidades que de una u otra forma podrían aportar su granito de arena. Sería así el complemento ideal para la recuperación y reintegración social de nuevo en la sociedad con garantías de servir y por el contrario no ser un obstáculo para la misma.

Aprovecho la ocasión para agradecer a todas las entidades que colaboran para hacernos más llevadera esta situación, y a todas las personas encargadas de actos culturales y recreativos, e invitar a quienes no lo han hecho a que se sumen a este proyecto que creo no es sólo desde el punto de vista gubernamental.

De verdad que aunque estemos privados de libertad también merecemos todo el apoyo posible. Seguro que con su ayuda todo será un poco más sencillo.

Anónimo

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