PLEGARÍA A SANTA MARÍA DE LA MERCED
Santa María Madre de Dios, Madre de los presos y madre Nuestra, Bendita Señora de la Merced, A ti acudimos con fe y esperanza, Ante ti nos postramos con dolor y filial confianza.
Tu conoces nuestras pena Y cuanto hiere el peso de la condena. Sabes bien el dolor cruel que causa Todo delito, y el precio de una Paz social duradera.
Mediadora de gracia, abogada de oficio de causas Perdidas, acuérdate de nuestros hermanos y hermanas privadas de libertad. Alivia su dolor y acompaña su soledad.
Visita con maternal ternura su corazón afligido. Infúndele la fuerza de reconocer los yerros Y el coraje de la capacidad de conducirse Por otro camino.
Madre de los afligidos ayúdanos a comprender Al que se cansa y retrocede. Invítanos a roturar con ilusión sendas inexploradas, En las que el persona se abra paso Y brote con vigor una nueva justicia Que aligere cargas, restañe llagas, repare daños Y reconcilie al herido con su agresor.
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En este año de la Eucaristía , Tu que eres mujer Eucarística, Infunde en nuestra Iglesia la audacia De hacer mesa común con los desposeídos Y de apostar para que nadie este de más En el incompleto Banquete de la Vida
Santa Madre de Dios, Patrona de la Pastoral De Justicia y Libertad, ayúdanos a levantar Una sociedad más fraterna y solidaria, Más abierta, equitativa, tolerante y en paz.
¡Ven en nuestro auxilio, Madre de los cautivos! Que nunca perdamos el camino que nos alcanza Al Cristo Libertador, al Príncipe de la Paz, Al que vino para salvar y regalar vida abundante.
Ayúdanos a consagrar la nuestra para ser Instrumento sanante de mediación y de Reconciliación, para que todos los hombres y Mujeres alcancen la más autentica libertad y reine, Por fin, en nuestra tierra La Justicia más verdadera.
+ Vicente Jiménez Zamora Obispo de Osma- Soria Encargado de la Pastoral Penitenciaria |
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