Foto de la Capilla de la Cárcel de Herrera de la Mancha.
EL PADRE QUE SIEMPRE ESPERA
Hoy me encuentro entre rejas y muros, porque he pecado.
Sé que esto es una prueba en la que puedo ver mis verdaderos
sentimientos hacia Ti.
Hay momentos en que me siento vacía, que me falta la esperanza y a
fe.
Siento entonces que me has abandonado.
También hay momentos en que me siento que soy yo quien se
alejado se Ti.
Pero Tú nunca me guardas rencor porque me tienes siempre en tu
corazón.
Tú eres el Padre que siempre nos está esperando.
Sé que siempre estás a mi lado para guiarme en mi camino.
Hay veces que ese camino tiene mucha dificultad.
Pero Tú, Padre, siempre estás, y nunca me fallas.
Me das la oportunidad de volver a Ti y unirme contigo,
siempre estás esperando que yo te abra para que puedas entrar en mi
corazón.
Tú me estás esperando para darme todas las fuerzas que necesite.
Tú esperas que yo pueda enfrentar mis dudas y estás ahí para
iluminar mi camino.
En esta Semana Santa siento todo el dolor que tuviste que sufrir.
Con ello borraste nuestros pecados; son días muy tristes y dolorosos.
Tuviste que morir crucificado, pero tu Cruz fue por Amor.
Hoy tengo una cruz que llevar, y también es una cruz de amor.
No es la cruz de estas rejas y muros, sino la cruz que lleva mi
familia.
Ellos están sufriendo por mí. Ellos son inocentes, pero me quieren.
Por eso están cargando con la Cruz mía y esto es lo que más me
duele.
Yo nunca pierdo la esperanza, pues soy fuerte.
Quiero enfrentar todas las consecuencias que me esperan.
Tengo que pasar por esto, pero sé que siempre hay una nueva
oportunidad.
Espero realizar una nueva vida con mi familia.
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