El Laicado Trinitario de Valdepeñas
La Familia trinitaria es una comunidad eclesial formada por los religiosos, las religiosas y los laicos que llevan el nombre de la Santísima Trinidad y reconocen como Padre común a San Juan de Mata. Juntos forman la “Casa de la Trinidad”, compartiendo el carisma trinitario-redentor y desarrollando su misión: la gloria de la Santísima Trinidad y la liberación de los “cautivos” de nuestro tiempo.
Desde los orígenes de la Orden los laicos son parte esencial de la Familia. Encarnan el carisma de San Juan de Mata en el mundo, con su propio carácter secular y público, con diversas modalidades.
Notas históricas
Desde los orígenes de la Orden trinitaria existen fieles cristianos que participan del espíritu de San Juan de Mata. Por la comunión de amor y por la cooperación en el trabajo y en la vida con los demás hermanos y hermanas, están vinculados a la Familia trinitaria.
La Regla trinitaria, aprobada por el Papa Inocencio III en 1198, indica la presencia de los seglares en la “casa de la Trinidad” a los que el ministro (superior) de la casa debe dirigir una instrucción todos los domingos. En su bula del 3 de febrero del mismo año Inocencio III da permiso pare recibir donados o cofrades. En el contrato entre el obispo de Arlés y San Juan de Mata, del año 1203, se hace referencia a los afiliados al convento. Especial mención merece la carta que el obispo Gonzalvo, de la ciudad de Segovia, fechada el 2 de febrero de 1208, dirige a su pueblo y al clero exhortando a inscribirse en la cofradía trinitaria, a la que califica de gloriosa.
En una bula de 1209 (18 de junio) Inocencio III confirma las casas y las cofradías fundadas hasta entonces. Lo mismo repite Honorio III en su bula del 25 de abril de 1219, dando facultad de recibir nuevos cofrades. Inocencio IV, el 20 de febrero de 1248, confirma las concesiones ya hechas y exhorta a los fieles a ser generosos con los trinitarios y a inscribirse en tan santa cofradía y hermandad. A los que lo hicieren les concede indulgencias y otros privilegios, y los toma bajo su protección.
Existen otros muchos documentos que se refieren a los orígenes, sea de papas, obispos, reyes, etc. Citamos éstos para indicar cómo las asociaciones trinitarias son tan antiguas como la Orden misma, pues ya desde sus principios aparecen personas afiliadas a gloria de la Santísima Trinidad, comprometiéndose en la ayuda a favor de los esclavos, oprimidos y pobres.
No podemos pretender encontrar ya desde el principio una perfecta y clara distinción y organización de asociaciones. Se cree que al inicio las diversas fraternidades y cofradías de que hablan los documentos formaban parte de la grande Fraternidad trinitaria. Ya en 1209 se mencionan las cofradías de la redención, que colaboraban activamente en las obra del rescate de cautivos. Con el correr del tiempo, aparecen las cofradías de la Santísima Trinidad, de la Virgen del Remedio y otras. Algunas cofradías se transformaron en Tercera Orden trinitaria.
Históricamente, el nombre de Tercera Orden nace con la orden de los Humillados, reconocidos por Inocencio III. La componían personas que vivían en el siglo bajo una regla de vida. Entre los trinitarios la primera regla y estatutos que conocemos fueron publicados en 1584 y llevan la aprobación del padre general de la Orden, Bernardo Dominici. La existencia de verdaderos terciarios procede también de los orígenes.
En las constituciones de 1657, de los trinitarios calzados, se hace mención de los tres votos en la fórmula de profesión de los terciarios. Posteriormente la profesión se reducía a la promesa de cumplir los mandamientos de la ley de Dios y la regla de vida de la Orden Tercera. Entre los trinitarios descalzos la primera regla de vida de los terciarios que se conoce fue aprobada por el Papa León XII el 6 de junio de 1828; en ella se habla de la emisión de los tres votos. Esta regla, con algunos retoques, fue aprobada y confirmada en 1925 y ha seguido en vigor hasta nuestros días.
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