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BLOG DEL LAICADO TRINITARIO DE VALDEPEÑAS

Formación

AÑO JUBILAR DEL MOSAICO DE LA ORDEN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 2009-2010

AÑO JUBILAR DEL MOSAICO DE LA ORDEN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 2009-2010

HISTORIA DEL MOSAICO DE LA ORDEN

28 de Septiembre, Día de S. Simón de Rojas

28 de Septiembre, Día de S. Simón de Rojas

Reflexión del P. Juan Manuel Ruíz Memendi

SAN SIMON DE ROJAS, UN HOMBRE DEL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO

                        Concluida su formación religioso-sacerdotal, es muy fácil seguir el camino misionero de nuestro santo. Toledo significará para él la entrega generosa a la formación de los futuros religiosos trinitarios. Después, su peregrinar por distintos conventos trinitarios, al servicio de la comunidad religiosa, evidencia el espíritu renovador del hermano ministro, siempre en pie para convertir corazones e infundir nuevo espíritu a comunidades religiosas. Predicando y ejerciendo el servicio ministerial del Sacramento de la Penitencia, atiende a la gente sencilla de pueblos y ciudades y presta servicios inmejorables a la vida religiosa, sobre todo a la femenina. Y toda esta tarea misionera, siempre bajo la advocación del Ave María y con entrañas de caridad y misericordia.

            Pero la llegada a Madrid, a principios del siglo XVII, va a descubrirnos otra faceta del Padre Ave María: su entrega a la promoción del laicado. Es conocida su labor misionera y ejemplar, sin lucro alguno, entre los reyes y grandes de España; nos causa admiración  su preocupación constante por colocar y sacar de la situación de injusticia a las mujeres de la vida pública, por visitar y cuidar a enfermos en hospitales o a presos en las cárceles.

            En Madrid Simón de Rojas conoce a un buen cristiano, el caballero de Gracia, un hombre un tanto enigmático -hay mucha leyenda  en su vida- que ha llegado desde Italia a nuestra  capital. Este personaje conoce muy bien el movimiento de los oratorios de San Felipe Neri   en favor de la promoción de los laicos. La predicación. durante años, del P. Rojas en la capilla del Caballero de Gracia, es sí una sabatina en honor de María, pero es también una catequesis semanal para la formación de la gente sencilla del pueblo. La fundación de la Congregación del Ave María, es sí la creación de una institución, conforme a los aires del tiempo, para la devoción de tan dulce nombre, primero, y, luego, para la asistencia a los excluidos de la época: los soldados que llegaban de las guerras sin beneficio ni paga y para los sacerdotes que vagaban por Madrid muertos de hambre. Pero quizás no se ha puesto de manifiesto que la institución Ave María era una escuela de oración y de formación litúrgica, al estilo de la época, de los seglares; las charlas periódicas y bien preparadas eran para los congregantes una auténtica catequesis de adultos. Y que éstos eran miembros activos y responsables de la marcha de la Congregación. A ésta no se entraba para “estar” ni para disfrutar simplemente de beneficios espirituales, sino para “ser” creyentes adultos y miembros corresponsables en la Iglesia de su tiempo e inmersos en la problemática de los hombres de su cultura.

            No es este el momento para detenerse más en este punto. Pero es de gran valor histórico el ver cómo esta iniciativa de San Simón de Rojas se mantiene y se fortalece en la Congregación durante todo el siglo XVII y parte del XVIII. Las diversas Constituciones de la institución y las actas de las reuniones son el mejor testimonio de lo que acabo de afirmar.

(La foto que les mostramos es del Libro que ha publicado reciéntemente P. Pedro Aliaga, completando su tesis doctoral en este Santo).

Les ponemos también un documento del P. Gamarra titulado: "San Simón de Rojas, maestro de Oración".

Texto1

Caritas in Veritate: La solidaridad desde el Amor y la Verdad.

Caritas in Veritate: La solidaridad desde el Amor y la Verdad.

En la Revista Eclessia Digital, nos viene una pequeña guía de cómo podemos leer la Encíclica a continuación os la expongo:

Firmada el pasado 29 de junio, en las vísperas de la cumbre del G-8, la Santa Sede hacía pública el 7 de julio la tercera encíclica del Papa Benedicto XVI. “Caritas in veritate” (La caridad en la verdad) es su título.  Con anterioridad, Benedicto XVI escribió “Deus caritas est”, en 2006, sobre el sentido del amor cristiano y de la caridad; y “Spe salvi”, en 2007, sobre las virtudes teologales de la fe y de la esperanza y sobre el concepto cristiano de la soteriología

 

Su nuevo texto, la “Caritas in veritate”, bien engarzado y relacionado con sus dos encíclicas precedentes, se inserta plenamente en la llamada Doctrina de la Social de la Iglesia, inaugurada en 1891 por el Papa León XIII con la encíclica “Rerum novarum”. La Doctrina Social de la Iglesia  es la mirada, la interpelación y la aplicación de la luz del Evangelio a los problemas sociales: desde el movimiento obrero hasta la globalización, pasando por el medio ambiente, el hambre, la cultura de la muerte, el desarrollo, el paro, las desigualdades sociales, las migraciones...

 

A la “Rerum novarum” de León XIII ella siguieron, en la mayoría de los casos, al cumplirse sus distintos aniversarios, “Quadragesimo anno” de Pío XI, en 1931; “Mater et Magistra”, en 1961, y “Pacem in terris”, en 1963, de Juan XXIII; “Populorum progressio”, en 1967, y, en 1971, la “Octogesiva adveniens” (no fue encíclica, sino solo carta apostólica), de Pablo VI; y “Laborem exercens”, en 1981, “Solicitudo rei socialis”, en 1987, y “Centisimus annus”, en 1991, de Juan Pablo II.

 

         Además y con todo, la ”Caritas in veritate” da un paso más adelante en esta trayectoria de la Doctrina Social, al englobar toda la realidad humana y social y al proponer las claves de la propuesta cristiana sobre el verdadero e integral desarrollo humano.

 

 

El papel imprescindible del Evangelio para el desarrollo

 

 

         En la introducción, Benedicto XVI recuerda que la caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. A fin de que esta no sea mal entendida o excluida de la ética vivida o pública, advierte que un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva, un cúmulo, de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero, en el fondo, marginales. De ahí la necesidad de insertar la caridad en la verdad y la verdad en la caridad. Para ello, en pro del auténtico desarrollo y porque el cristiano está llamado a la caridad, la justicia y el bien común han de ser siempre los dos criterios orientadores de la acción moral.

 

         El primer capítulo de la “Caritas in veritate” está dedicado a evocar la encíclica “Populorum progressio” del Papa Pablo VI, en la que se reafirma la importancia imprescindible del Evangelio para la construcción de la sociedad según la libertad y la justicia. Al respecto, abunda Benedicto XVI, “la fe cristiana se ocupa del desarrollo no apoyándose en privilegios o posiciones de poder, sino solo desde Jesucristo”. Las causas del subdesarrollo no solo ni principal materiales. Se hallan en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos. Y aquí el Evangelio de Jesucristo aporta la dimensión esencial de la fraternidad humana y cristiana, que sí propicia el verdadero desarrollo de todos.

 

 

El avaro beneficio de unos colapsa el justo desarrollo de todos

 

 

         El desarrollo humano en nuestro tiempo es el tema del segundo capítulo de la encíclica. Al auténtico desarrollo humano se contrapone la visión del beneficio material como objetivo exclusivo de la humanidad. Sin el bien común como fin último, ese supuesto beneficio corre el riesgo de destruir riqueza y de generar pobreza. De ahí que a renglón seguido Benedicto XVI enumere algunas distorsiones del desarrollo como la actividad financiera preferentemente especulativa, los flujos migratorios provocados y después no gestionados de modo adecuado o la explotación sin reglas de los recursos de la tierra. Frente a estos problemas, ligados entre sí, Benedicto XVI propone una nueva síntesis humanista a la luz de la propuesta del humanismo cristiano.

 

         Para ello es necesario, en primer lugar, aprovechar bien las verdaderas posibilidades de interacción cultural y social, evitando el doble riesgo del eclecticismo cultural –donde todas las culturas se consideran equivalentes- y, como riesgo opuesto, rebajar la cultura y homologar los estilos de vida.

 

 

El escándalo del hambre y de la cultura contra la vida

 

        

 

Además, para lograr el verdadero desarrollo de todos, es necesario que la humanidad tome conciencia del escándalo y de la vergüenza que supone el hambre en el mundo, en tantos miles y millones de seres humanos. Ello reclama una ecuánime reforma agraria en los países en desarrollo y una eficaz respuesta solidaria. Asimismo, el Papa pone en evidencia que el respeto por la vida humana –por toda vida humana y por toda la vida- en modo alguno puede separarse de las cuestiones relacionadas con el desarrollo de los pueblos. “Cuando una sociedad se encamina hacia la negación y supresión de la vida, acaba por no encontrar la motivación y la energía necesarias para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre”.

 

         También el respeto y promoción por el derecho a la libertad religiosa es fuente de auténtico desarrollo. Y la  negación de este derecho y el uso de la violencia contra él, frena el desarrollo, como acontece especialmente en territorios de inspiración fundamentalista.

 

 

La prioridad del bien común, del bien de todos, es viable

 

 

         “Fraternidad, desarrollo económico y sociedad civil” es el tema del tercer capítulo de la encíclica, que comienza con un elogio de la experiencia del don frente a una visión de la existencia que antepone todo a la productividad y a la utilidad. “El desarrollo, si quiere auténticamente humano, necesita, en cambio, dar espacio a la gratuidad”. Y, en lo que se refiere al mercado y a la lógica mercantil, Benedicto XVI recuerde que este ha de estar ordenada “a la consecución del bien común”, que “es la responsabilidad, sobre todo, de la comunidad política”.

 

         El sistema económico y financiero ha de basarse en tres instancias: el mercado, el Estado y la sociedad civil. Para “civilizar la economía” es preciso arbitrar formar de economía solidaria y tanto el mercado como la política tienen necesidad de personas abiertas al don recíproco.

 

         Este capítulo tercero de la “Caritas in veritate” concluye como una nueva valoración del fenómeno de la globalización, que no puede entenderse solo como un proceso socioeconómico y que necesita una reorientación cultural, personalista, comunitaria, abierta a la trascendencia y capaz de corregir sus disfunciones.

 

 

La economía necesita una ética amiga del hombre

 

 

         En el cuarto capítulo la encíclica aborda el tema “Desarrollo de los pueblos, derechos y deberes, ambiente”.  A lo largo del mismo, del capítulo, el Papa habla sobre la objetividad y fundamentación de los derechos, de los correlatividad de los deberes y el crecimiento demográfico.

 

         Benedicto XVI asimismo reafirma que la sexualidad no se puede reducir un mero hecho hedonístico y lúdico, y llama a los Estados a realizar políticas que promuevan la centralidad de la familia, como célula básica de la sociedad.

 

         “La economía –subraya el Papa en este capítulo cuarto- tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento: no de cualquier ética, sino de una ética amiga de la persona”. En este sentido, “la misma centralidad de la persona debe ser el principio guía en las intervenciones para el desarrollo de la cooperación internacional”. De ahí, que “los organismos internacional –interpela el Papa- deberían interrogarse sobre la real eficacia de sus aparatos burocráticos, con frecuencia muy costosos”.

 

         El Santo Padre se refiere más adelante a las problemáticas energéticas. “El acaparamiento de los recursos por parte de los Estados y grupos de poder –denuncia- constituyen un grave impedimento para el desarrollo de los países pobres”. “Las sociedades técnicamente avanzadas –prosigue- pueden y deben disminuir la propia necesidad energética, mientras debe avanzar la investigación sobre energías alternativas.

 

 

Somos una sola y única familia

 

 

         “La colaboración de la familia humana” es el epígrafe y el corazón del quinto capítulo de la encíclica, fundamentado sobre la idea de que “el desarrollo de los pueblos depende sobre todo de ser una sola familia”. De ahí la oferta del cristianismo a que Dios encuentre también su puesto en la esfera pública pues la negación de Dos, tarde o temprano, se convertirá en la negación del hombre, en la negación del desarrollo.

 

         Desde estas premisas, Benedicto XVI incide en la conocida doctrina del magisterio social de la Iglesia de la subsidiariedad, que es “el antídoto más eficaz contra toda forma de asistencialismo paternalista y la más adecuada para humanizar la globalización”.

 

         Insiste también el Papa en la urgencia de que los Estados ricos destinen mayores cuotas de su propio producto interior bruto para el desarrollo, respetando, de esto modo, los compromisos adquiridos. Benedicto XVI pide igualmente que se garantice el acceso a la educación y a la formación más completa e integral de la persona como vía insoslayable para el desarrollo y la justicia.

 

 

Denuncia del turismo sexual y reforma de la ONU

 

 

         La denuncia del llamado turismo sexual, a veces avalado por los Gobiernos es objeto del número 61 de la encíclica. En el número 62 Benedicto XVI escribe sobre las migraciones, recordando que se trata de un fenómeno y realidad históricos y que “todo emigrante es una persona humana, que posee derechos que deben respetados por todos y en toda situación”.

 

         En el último número de este capítulo quinto, la “Caritas in veritate” reclama la reforma de la ONU y del arquitectura económica y financiera internacional. “Urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, que goce de poder efectivo”.

 

 

No idolatrizar la técnica

 

 

         “El desarrollo de los pueblos y la técnica” es el tema del sexto y último capítulo. El Papa alerta sobre la pretensión prometeica según la cual la humanidad cree poderse recrear, valiéndose de los prodigios de la tecnología. La ciencia y la técnica son buenas, maravillosas, pero no pueden tener una libertad absoluta ni son un fin en sí mismas.

 

         Y como campo primaria de la lucha cultural entre el absolutismo de la tecnicidad y la responsabilidad moral del hombre el Papa alude a la bioética. “La razón sin fe –subraya Benedicto XVI- está llamada a perderse en la ilusión de la propia omnipotencia”. Y, al respecto, alude a la investigación con embriones, la clonación y la sistemática planificación eugenésicas de los nacimientos. Todas estas realidades son tentaciones idolátricas, que, lejos de garantizar el desarrollo, lo hacen un espejismo y lo pervierten.

 

 

El humanismo cristiano

 

 

         De este modo, la cuestión social se convierte en cuestión antropológica. Y es que “la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es un humanismo cristiano, que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad, acogiendo una y otra como un don permanente de Dios”.

 

Por ello,  “el desarrollo tiene necesidad de cristianos con los brazos elevados hacia Dios en gesto de oración, de amor y de perdón, de renuncia de sí mismos, de acogida al prójimo, de justicia y de paz”.

LA ENCÍCLICA EN PDF

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pentecostés (II): ¿Cuándo celebramos Pentecostés?

Pentecostés (II): ¿Cuándo celebramos Pentecostés?

¿Cuándo celebramos Pentecostés?

La fiesta de Pentecostés, uno de los Domingos más importantes del año, después de la Pascua, se celebra luego de la fiesta de la Ascensión, a los cincuenta días de la Resurrección de Jesús.

 

Pentecostés, algo más que la venida del Espíritu Santo

Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio. Por lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la Pascua. En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo.

Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.

 

Pentecostés (I): Origen de la Fiesta de Pentecostés.

Pentecostés (I): Origen de la Fiesta de Pentecostés.

Origen de la fiesta

Los judíos celebraban una fiesta 50 días después de la pascua, donde recordaban la Alianza en el Monte Sinaí cuando Moisés recibió las tablas de la Ley.  Esta fiesta se llamaba Pentecostés.

Jesús prometió enviar al Espíritu en varias oportunidades: durante la Última Cena, les dice a sus apóstoles: “Mi padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad” (San Juan 14, 16-17). Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San Juan 14, 25-26). Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas que están por venir” (San Juan 16, 7-14).

Explicación de la fiesta

Cincuenta días después de la fiesta pascual, cuando ya había pasado el día de la Ascensión, los apóstoles, que tenían miedo de salir a predicar, se encontraban reunidos con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés. 

Repentinamente, escucharon un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos. En ese instante el Espíritu Santo descendió sobre ellos y comenzaron a hablar en lenguas desconocidas. Por esos días, Jerusalén estaba invadida por muchos extranjeros que venían a celebrar la fiesta de Pentecostés judía. Cada uno oía hablar a los apóstoles en su propio idioma y entendían a la perfección lo que ellos hablaban.

A partir de ese día, los apóstoles ya no tuvieron miedo y salieron a predicar a todo el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal.

Artículo importante: Me aman, luego soy. Almudena Egea Zerolo. De la Revista Sal Terrae (2007)

Artículo importante: Me aman, luego soy. Almudena Egea Zerolo. De la Revista Sal Terrae (2007)

Hay en nuestra sociedad multicultural, cambiante y compleja personas que buscan y siguen a Jesucristo Resucitado. Se trata de cristianos y cristianas anónimas, en la medida en que dicho seguimiento, por realizarse en medio de un ambiente no del todo favorable, no les conduce ni a la gloria ni a la fama. Una de ellas, Almudena Egea, cuenta en esta colaboración los rasgos más característicos de su espiritualidad de cristiana anónima y los medios que más le ayudan a vivirla....

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2ª Reunión del Laicado Trinitario de Valdepeñas

2ª Reunión del Laicado Trinitario de Valdepeñas

2ª Reunión del Año del Grupo de Laicado Trinitario de Valdepeñas. Ésta Reunión se celebrará el 25 de Enero a las 18:00 en el Colegio de los Padres Trinitarios de Valdepeñas (En la sala de APAS). El Tema de la Reunión le toca hacerlo a José Vicente, que hablará sobre el "Signum Ordinis" y la Figura de S. Juan de Mata. Luego Hablaremos de diversos temas: Como serán la comida fraternal (fecharla), propuestas de salida de convivencias (sitios y fecharla), compromiso con el proyecto de prolibertas (exponerlo y ver opiniones) y demás.

APLAZADA PARA EL JUEVES, DÍA 1 DE FEBRERO A LAS 18:00.

Formación Trinitaria (2): El Carisma Trinitario

Formación Trinitaria (2): El Carisma Trinitario

EL CARISMA TRINITARIO.

1. ¿Qué es un carisma?
Los Carismas son dones y manifestaciones, a veces extraordinarios, del Espíritu Santo para el bien de la comunidad, para el crecimiento de la Iglesia. (carisma = don).

2. ¿ La Biblia habla de los Carismas?

Si señor, San Pablo en la Carta a los Corintios nos habla de los muchos carismas que había en sus Comunidades Cristianas. En verdad, la Iglesia primitiva conoce un desbordamiento de carismas, de dones espirituales.

3. ¿Hoy también hay carismas en la Iglesia?

Así es, el Espíritu Santo que nos acompaña sigue derramando dones espirituales a los que creen y de esta manera da a conocer su presencia en medio de nosotros.

 

4. ¿Estos dones son obra del Espíritu Santo?

Tu lo haz dicho, el Espíritu Santo, multiplica sus dones y sus inspiraciones entre los fieles dando lo que la Iglesia necesita en un lugar y momento determinado, recordándole a la Iglesia su misión en el mundo, renovando de esta manera al pueblo de Dios.

 

5. ¿Usted está diciendo que Dios se hace presente en medio de su Pueblo a través de estos Carismas?

En efecto hermano, en estos dones, vamos descubriendo las maravillas que Dios hace en medio de nosotros, vamos descubriendo su presencia y el poder emanado de la Muerte y Resurrección de Cristo.

 

6. ¿Cómo sabemos que tal llamado de Dios es un Carisma?

Los ministros de la Iglesia tienen la función de discernir la acción del Espíritu Santo en las personas y en la comunidad “que da a cada uno como quiere”.

 

7. Estos Carismas ¿son algo que se ve ó son una vivencia?

La respuesta te la dejo a ti. Piensa y responde.

EL CARISMA TRINITIARIO O LA EXPERIENCIA DE JUAN DE MATA.

“Este fue el comienzo y el motivo por el cual esta Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos fue instituida y fundada por milagro y revelación singular.

Vivía en París cierto buen clérigo, catedrático de teología, llamado Prevostino. Bajo su dirección se inició y enseñó teología en Paris otro maestro, llamado Juan de Provenza.

Éste era un hombre temeroso de Dios, a quien servía día y noche. Desde su infancia abrigó el firme propósito de ingresar en alguna religión, pero sin saber claramente cuál escoger. Y como era asiduo en el servicio de Dios, frecuentemente sufría no pocas burlas de sus compañeros. Pensando pues sobre la manera de estar bien con sus compañeros y de poder servir a Dios, determinó ordenarse sacerdote. Así efectivamente lo hizo para tener una causa razonable de recitar las Horas y dedicarse a la oración. Con toda su alma y sin cesar pedía que el Señor le mostrara alguna Institución religiosa donde entrar .

Cuando llegó el momento en que debía celebrar la primera misa, invitó al señor obispo de Paris, al abad de san Víctor y a su maestro Prevostino para que asistiesen...

 

¿Qué más?. Llegó el día señalado. Todos los magnates de Paris asistieron a la celebración. Y celebró la misa.


Más cuando llegó el canon de la misa, pidió a Dios que, si así era su voluntad, le manifestara la Institución Religiosa que debía abrazar para su salvación.


Y al levantar los ojos al cielo, vió la majestad de Dios y a Dios que sostenía con sus manos a dos hombres encadenados por los tobillos, uno de los cuales apareció como negro y deforme, y el otro, enjuto y pálido. El mismo obispo, el abad y el maestro, dirigiendo sus ojos a lo alto, vieron lo mismo y glorificaban al Señor. Concluída la misa, le preguntaron que es lo que había visto. Reveló lo que vió y alabo al Señor. Y ellos confesaron lo mismo. Comentando la visión, redactaron esta Regla, a la cual deben ajustar su vida .


Después el obispo y los demás desearon que dicha Regla fuese confirmada por el Señor Papa...

En el Camino a Roma...pasó por Ciervofrio...donde moraban cuatro eremitas que ofrecieron sus personas y bienes a Dios y a la Orden .


El año 1198 comenzó la Orden de la Santísima Trinidad". (Narración Anónima del siglo XIII).

 

TRABAJO DE PROFUNDIZACIÓN.

 

1. Explica con tus propias palabras que son los Carismas, leyendo las preguntas y respuestas anteriores.

 

2.Lee la Primera Carta a los Corintios capítulo 12 y escribe los diversos dones espirituales que nos presenta San Pablo.

3. Lee la experiencia carismática de Juan de Mata y señala que actitudes le ayudaron a descubrir el Carisma Trinitario.

4. Define con tus palabras que es el Carisma Trinitario.