Blogia
BLOG DEL LAICADO TRINITARIO DE VALDEPEÑAS

VIVIR LA CONVERSIÓN EN LA TRINIDAD.

VIVIR LA CONVERSIÓN EN LA TRINIDAD.

En la antigüedad los penitentes cubrían su cabeza de ceniza y se colocaban en las puertas de los lugares públicos para mostrar su arrepentimiento y ganar la benevolencia de Dios…

Y aún hoy la puerta de entrada en la cuaresma es para nosotros el miércoles de ceniza. Y reproducimos, aunque sea de modo simbólico, aquel gesto, mientras se nos dice “conviértete y cree en el evangelio” (una vez dejado atrás aquel enunciado un poco más sombrío que era “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”). Cuando uno es niño quizás le parece gracioso, chocante, hasta algo exótico eso de que te tiznen la frente con ceniza. Pero ya no somos niños. ¿Cómo encontrarle un sentido pleno a ese gesto? ¿Qué significado le damos hoy? ¿Qué palabra se nos propone?

Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.» (Lc 5, 31-32)


Vamos a buscar algunas expresiones un poco más provocadoras para entender eso de la conversión… Crece de una vez, si es que aún te mantienes en la eterna adolescencia de quien no sabe aceptar la vida en su complejidad. Ama a los otros, no a ti mismo (uno puede amarse a si mismo en los otros, y eso es muy peligroso y bastante estéril).

Aprende a mirar un poco más allá del horizonte habitual, para no quedar atrapado en jaulas de oro, y atrévete a soñar en un mundo mejor. Acepta que, para todo lo anterior, no eres tú el que está en control, sino Dios quien, dentro de uno, alienta esa conversión.

¿Qué siento que ha de cambiar en mí? ¿Cómo dejar que sea Dios el que tome las riendas de la propia conversión? (qué paradoja, ¿no?)

YO QUIERO ESTAR DESNUDO...

Yo quiero estar desnudo, Dios, mi boca
se quiere desnudar como una loca,
quitarse la palabra que le has dado.
Mi corazón, mi vida, mi costado
se quieren desnudar también de todo.

Se quieren arrancar el viejo modo
de caminar por esta tierra triste;
ser como una mujer que se desviste
a pesar del calor, del miedo y todo!

Me quiero desnudar, Señor, del miedo
de no saber por qué me duele el dedo
cuando pienso en la muerte sin motivo.
Yo quiero estar desnudo más que vivo,

desnudo de rencor, de piel, de frente,
tener un corazón desnudo y rudo.
Cuando la muerte venga de repente
hallarme más desnudo que el desnudo.

Jorge Debravo

2. Y cree en el Evangelio

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. (Mc 8, 35)

 ¿En qué creo? A veces no lo sé. Es fácil creer en la riqueza (pues, efectivamente, abre muchas puertas), en la belleza (tantas otras), en el éxito, la inteligencia, el aplauso, la oratoria brillante, las propias fuerzas, el trabajo bien hecho, la eficacia, la utilidad, el placer, el talento o la genialidad… Pero no basta.

Creer en el evangelio es darle la vuelta a las categorías habituales. Creer en la debilidad que se hace fuerte, en la derrota que no tiene la última palabra, en el amor que va más allá de la eficacia y la utilidad, en la palabra que, sin adornos, habla verdad. Es creer en un Dios crucificable. Y en una humanidad amable. Y eso no es fácil.

¿Qué es, para ti, creer en el evangelio? Intenta escribir hoy en qué crees.

FRAGMENTOS DE VIDA EVANGELICA

Creer de corazón y de palabra.
Creer con la cabeza y con las manos.
Negar que el dolor tenga la última palabra.
Arriesgarme a pensar
que no estamos definitivamente solos.
Saltar al vacío
en vida, de por vida,
y afrontar cada jornada
como si Tú estuvieras.
Avanzar a través de la duda.
Atesorar, sin mérito ni garantía,
alguna certidumbre frágil.
Sonreír en la hora sombría
con la risa más lúcida que imaginarme pueda.

Porque el Amor habla a su modo,
bendiciendo a los malditos,
acariciando intocables
y desclavando de las cruces
a los bienaventurados

José María R. Olaizola

  FICHA DE ORACIÓN CUARESMA 2009

0 comentarios